Muhammad el profeta del islam (que la paz y las bendiciones sean con él), enseñó muchos principios importantes, y hasta estableció catorce reglas para el combate estableciendo un precedente, excediendo las reglas de guerra establecidas luego por la Convención de Ginebra.
Considere lo siguiente:
Toda vida inocente era sagrada y como tal no podía ser dañada, excepto por aquellos que eran alentados contra ellos en combate activo. Al salvar una vida era como salvar al mundo entero, mientras que el tomar una vida inocente era como si alguien hubiese tomado las vidas del mundo entero.
No debía existir el genocidio de ninguna de las tribus aún si las mismas hubiesen cometido genocidio contra algunos musulmanes. Ofreció protección y perdón mutuo a todos aún luego de que algunos rompieron sus acuerdos con él reiteradas veces. No permitió que fueran atacados hasta que no se hubiese probado claramente que eran traidores y que intentaron derrocar al Profeta ﷺ durante el tiempo de guerra y a los musulmanes a cualquier costo. Hubo represalias solo para aquellos judíos que se habían vuelto traidores y no a otros.
Los esclavos eran comunes en esos días en todas las naciones y tribus. Fue el Islam quién alentó la liberación de los esclavos y la gran recompensa de Allah a quienes lo hicieran. Muhammad el profeta del islam ﷺ, dió el ejemplo de esto liberando esclavos y alentando a todos sus seguidores a hacer lo mismo. Los ejemplos incluyen a su propio sirviente (quien era en realidad considerado como un hijo para él) Zaid ibn Al Haritha y Bilal el esclavo quien fue comprado por Abu Bakr sólo con el propósito de liberarlo.
Si bien existieron muchos intentos de asesinar a Muhammad el profeta del islam ﷺ (el más famoso fue la noche en que Alí tomó su lugar en la cama mientras que él y Abu Bakr escaparon hacia Madinah), el no permitió a sus compañeros ejecutar a ninguno de los involucrados en estos intentos. La prueba de esto se encuentra en su entrada triunfal a Makkah, sus primeras palabras fueron para ordenar a sus seguidores no dañar a las tribus y a sus familias. Este fue uno de los actos más famosos de perdón y humildad.
El combate militar fue prohibido en los primeros trece años de la profecía. Los árabes del desierto no necesitaban que nadie les dijese cómo pelear o combatir. Eran expertos en esta área y tuvieron enemistades entre tribus que duraron por décadas. No fue sino hasta que el método apropiado de guerra fue instituido por Allah en el Corán, con derechos propios y limitaciones establecidas de acuerdo con sus órdenes, que cualquier represalia o combate fue sancionado. Las órdenes de Allah dejaron en claro quién podía ser atacado, cómo y cuándo, el combate podía tener lugar.
La destrucción de infraestructuras se encuentra completamente prohibida excepto cuando sea ordenada por Allah en ciertas circunstancias y de acuerdo con Sus órdenes.
Las maledicencias e invocaciones del mal llegaban a Muhammad el profeta del islam ﷺ, desde sus enemigos, mientras él ﷺ rezaba para que fuesen guiados. Un ejemplo clásico es el del viaje a Taif en donde los líderes no lo escucharon ni ofrecieron la cortesía normal, en su lugar enviaron a los niños a la calle en contra suyo, a lanzarle rocas y piedras hasta que su cuerpo sangró tanto, que la sangre llenó sus sandalias. Se le ofreció venganza por parte del ángel Gabriel, si hubiese dado la orden, Allah hubiese causado que las montañas de los alrededores cayeran sobre ellos destruyéndolos. En lugar de pedir su destrucción, él ﷺ rezó por ellos para que fueran guiados hacia la adoración de su Señor, sin asociados.
El profeta Muhammad ﷺ, indicó que cada persona que nace, ha nacido en estado del ISLAM (sumisión a Dios en Paz), como musulmán(significa “quien hace el ISLAM”, es decir,quien se somete a la Voluntad de Dios y obedece Sus órdenes). Fue más allá, al decir, Dios ha creado a cada persona en la Su imagen que es suya de acuerdo a Su plan, y su espíritu es suyo. Luego cuando crecen comienzan a distorsionar su fe de acuerdo con la influencia de la sociedad prevaleciente y sus propios prejuicios.
Muhammad ﷺ, enseñó a sus seguidores a creer en el Dios de Adán, Noé, Abraham, Moisés, David, Salomón y Jesús, que la paz sea con ellos, y a creer en ellos como verdaderos profetas, mensajeros y siervos de Allah Todopoderoso. Insistió en colocar a todos los profetas en el nivel más alto sin distinción entre ellos.
También enseñó que la Torah (Antiguo Testamento), el Zabur (Salmos) el Inyil (Evangelio) tenían inicialmente del mismo origen que el Corán, provenían de Allah al ángel Gabriel. Solicitó a los judíos que juzgaran de acuerdo con su propio Libro e intentaron cubrir parte del mismo para ocultar el juicio correcto, conociendo que él ﷺ, no podía leer.
El profetizó, predijo y anticipó los eventos que vendrían, y los mismos ocurrieron en la misma forma en que los predijo. Él mencionó tantas cosas que las personas de su tiempo no podrían haber conocido, aún así hemos visto evidencias manifiestas una y otra vez a lo largo de los siglos en la ciencia, medicina, biología, embriología, psicología, meteorología, geología y muchas otras disciplinas, incluso los viajes espaciales y las comunicaciones inalámbricas, todo lo cual damos por hecho. También predijo cosas del pasado que se convertirían en verdad en el futuro y se han vuelto una realidad.
El Corán dice que el Faraón murió ahogado en el Mar Rojo mientras perseguía a Moisés, Allah dijo que preservaría a Faraón como un signo para el futuro. El Dr. Maurice Bucaille en su libro, “Biblia, Corán y Ciencia” deja en claro que esto ha sucedido y que la misma persona de Faraón ha sido descubierta en Egipto y ahora se muestra para que todos lo vean.
Esto ocurrió miles de años antes de Muhammad ﷺ, y se convirtió en realidad en las últimas décadas, muchos siglos después de su muerte.
Muhammad el profeta del islam ﷺ, o sus seguidores nunca, en ningún momento afirmaron que el fuese hijo de Dios o la reencarnación de Dios o un hombre divino, sino que siempre fue considerado hasta el día de hoy, sólo un mensajero elegido por Dios. El insistió en que la gente adore solo a Dios Todopoderoso, y que no lo alaben a él ﷺ o sus compañeros en forma alguna. Mientras que la mayoría de las personas no duda en elevar a divinidad, y hasta inventar ‘dioses’ de otras personas cuyas vidas y misiones se han pedido en leyendas. Históricamente hablando, ninguna de estas leyendas logró a una fracción de lo que Muhammad ﷺ, logró.
Unificar la humanidad para el propósito de adorar al Único Dios de Adán y todos los profetas, la paz sea con ellos, fue su principal causa de motivación y su lucha fue por el sólo propósito de lograr que todos comprendieran y siguieran los códigos de moral y excelencia establecidos por Allah en Sus Revelaciones.
Hoy, después de un lapso de catorce siglos, la vida y las enseñanzas de Muhammad el profeta del islam ﷺ, han sobrevivido sin la más mínima pérdida, alteración o interpolación. Ofrecen la misma esperanza imperecedera de tratamiento para las enfermedades de la humanidad, que la que ofrecían cuando él ﷺ estaba vivo. Esta no es una afirmación de los seguidores de Muhammad ﷺ, sino una conclusión inevitable a causa de la historia siendo crítica e imparcial.
Muhammad el profeta del islam ﷺ, afirmó ser un siervo, mensajero y profeta de Dios Todopoderoso; el mismo Dios de Adán, Abraham, Moisés, David, Salomón y Jesús, el Cristo, hijo de María (que la paz sea con todos ellos). Él afirmó que recibía la revelación de Dios Todopoderoso (Allah) mediante el Angel Gabriel, llamándola “La Recitación” (Corán).
Ordenó a las personas que creyesen en Dios como el Único, sin asociados, y a seguir los Mandamientos de Dios Todopoderoso en la mejor forma posible.
Se prohibió a sí mismo y a sus seguidores las prácticas del mal y los malos hábitos, demostrando la forma correcta de comer, beber, utilizar el baño y el comportamiento apropiado en todas las relaciones. También afirmó que todo esto venía de Allah.