¿Por qué hay que Alabar y Adorar a Dios?
Cuando vemos increíbles muestras de habilidad de parte de alguno de nuestros deportistas favoritos, o vemos grandiosas proezas de valor, o al escuchar un discurso motivacional; nos vemos obligados a elogiar aquello que hemos observado. Nos ponemos de pie, aplaudimos, damos una ovación sin adorar a la persona. Nos sentimos conmovidos, inspirados, animados, exaltados y abrumados por lo que hemos …